Mi ecuación de la productividad
Mi idea de cómo ser más productivo cambió en los últimos años. Antes simplemente pensaba que era estar un buen tiempo concentrado y enfocado en la tarea con la suficiente energía para hacerla rápido y avanzar. Así es como siempre tenía ansiedad por empezar a hacer las cosas y dedicaba poco tiempo a planificar.
Ahora entiendo que eso, es solo el 33% de la ecuación de la productividad. Y que si me obsesiono con potenciar mi productividad poniendo más energía en mi concentración y mi foco me lleva por mal camino. Hay otros dos elementos que entran en mi ecuación de la productividad.
El segundo elemento tiene que ver con saber priorizar. Porque siempre vamos a tener que hacer más cosas de las que podemos hacer. Somos personas finitas, limitadas en nuestros recursos, mientras que nuestras necesidades y objetivos pueden ser ilimitados.
Esclarecer bien esos objetivos y priorizarlos adecuadamente es necesario para sentirnos bien con nosotros mismos y con lo que hicimos al finalizar el día, el mes y el año. De lo contrario nos apresuramos a hacer cosas urgentes, pero que quizás no son las más adecuadas para llegar a donde queremos. Priorizar es lo que en realidad hacemos cuando planificamos y definimos qué queremos lograr, cómo lo vamos a hacer y en qué tareas nos vamos a enfocar para concretar esos objetivos.
El último elemento tiene que ver con estar dispuesto a aprender, a cambiar. Aprender desde un punto de vista del desarrollo personal, evaluar qué funciona, qué no funciona y definir que vamos a probar a continuación. Y así seguir haciendo revisiones con frecuencia fija, como por ejemplo, una semana, o un mes.