El Jazz y el liderazgo
Es interesante la relación entre la música Jazz y el nuevo liderazgo.
El viejo liderazgo se lo relaciona a la música de la orquesta sinfónica, con un director que tiene el control total y los músicos que deben seguirlo. Perfeccionismo, obediencia, dirección, control y silencio total de una audiencia que escucha atentamente.
Ese liderazgo controlador difícilmente es funcional en el contexto actual de desorden, ruido, complejidad y descontrol.
Los equipos de trabajo necesitan aprender a trabajar, al igual que una banda de jazz donde no hay un director.
En el Jazz hay otras características opuestas:
- se trabaja en equipo para crear algo mejor;
- se está creando algo de manera conjunta, en el momento y se resuelve a medida que se avanza;
- se responde en el momento a lo que sucede, se improvisa;
- se es responsable con el resto del equipo, en público y a la vez, se apoya al resto del equipo;
- se busca lo mejor con la esperanza que de que lo surja del trabajo conjunto;
- se permite que cualquiera de los miembros brillen cuando es su momento, se lo acompaña en su crecimiento y superación, sabiendo que todos enfrentamos miedos de cometer errores;
- cada situación define quién debe liderar y el equipo apoya, a la vez, el acompañamiento del equipo es tan importante como la labor del que lidera para llegar a los resultados;
- no se confía en viejas rutinas y hábitos para resolver nuevas situaciones;
- los errores son oportunidades de exploración;
Esas características son justamente las que necesitan los equipos en los tiempos que corren, el liderazgo que se necesita.
Un libro explora estos conceptos, "Yes to the Mess: Surprising Leadership Lessons from Jazz" por Frank J. Barrett, un pianista de Jazz y profesor de management.