Dependes de tu actitud
Todas las personas son diferentes, pero no hay mejores y peores. Todos tenemos cosas buenas y malas, ventajas y desventajas. Me gusta decir que nadie es perfecto, pero a la vez todos somos una perfecta combinación de elementos diferentes y entre esos elementos, encontraremos cosas buenas y malas.
¿Pero qué hace que una condición propia sea buena o mala? Y en eso podríamos profundizar mucho, pero mejor la hacemos corta.
No importa qué condiciones buenas y malas tengamos. Lo que importa es que eso nos hace diferentes y cómo las usamos. Ahí está la clave.
Cuando vemos a deportistas exitosos como el tenista Federer, pareciera que fuera un hombre perfecto y no es así, solo dedicó su vida entera a aprender y mejorar.
¿A qué me refiero con aprender y mejorar? Me refiero a que en primer punto tenemos que conocernos y descubrir las propias cualidades y reconocer cuáles de esas son supuestamente buenas y cuáles malas. Luego trabajar en las malas para convertirlas y aprovecharlas, de modo que se transformen en una oportunidad. Y aprovechar las buenas como factores diferenciadores potenciándolas.
Todas las cualidades, absolutamente todas, son recursos a aprovechar.